La evolución de las impresoras 3D hasta la actualidad
Desde que las impresoras 3D salieron al mercado, cambiaron sin duda la manera en como creamos distintos proyectos, siendo una herramienta grandiosa que vale la pena tener a la mano.
Si bien se llaman impresoras, son distintas a las convencionales como las que hallas en nuestra venta de fotocopiadoras o renting de impresora en Inforcopy que también son útiles, aunque en otro sentido, pues sus características son distintas.
Desde sus inicios como herramientas experimentales hasta su uso masivo en diversas industrias, estas máquinas han revolucionado sectores como la medicina, la manufactura y la educación, yendo más allá, las cuales vale más la pena conocer.
¿Qué son las impresoras 3D?
Para dejarlo claro, estos equipos, considerados como el verdadero equipo multifunción por muchos, pero en otro sentido, se puede definir como un dispositivo que fabrican objetos tridimensionales mediante un proceso llamado manufactura aditiva.
¿Cómo lo hace? Pues va creando distintas capas poco a poco, tomando materiales como resina, metal o incluso biomateriales para dar como resultado un objeto desde un modelo digital, llegando a producir piezas complejas con alta precisión y menor desperdicio de material.
Estas máquinas no solo son herramientas creativas, sino que también representan un cambio de paradigma en la forma en que diseñamos y fabricamos distintos productos.
Evolución de las impresoras 3D
Los primeros pasos
Muchos no lo saben, pero el concepto de impresión 3D no es de este siglo, más bien tuvo su origen hace varias décadas atrás, cuando Charles Hull desarrolló la estereolitografía en 1984. Este método utilizaba un rayo láser para solidificar resina líquida capa por capa.
Paralelamente, surgieron otras tecnologías como el sinterizado selectivo por láser, que empleaba polvo en lugar de resina, y el método de fused deposition modeling que utilizaba filamentos de plástico fundido. Es una realidad que gracias a estos avances se sentaron las bases para la diversificación de las técnicas de impresión que conocemos.
El auge de la industria
Durante los años 90, fue ganando tracción en sectores industriales, especialmente en el diseño de prototipos rápidos. Empresas como Stratasys y EOS se consolidaron como líderes del mercado, desarrollando impresoras más eficientes y materiales versátiles.
Sin embargo, debido a su alto costo, estas tecnologías estaban reservadas principalmente para grandes corporaciones y centros de investigación.
Democratización de la tecnología
La década de 2000 marcó un hito importante con la expiración de muchas patentes clave, lo que permitió la creación de impresoras más accesibles. El movimiento RepRap, iniciado en 2005, impulsó el desarrollo de estas abiertas y de bajo costo que podían incluso replicarse a sí mismas.
Esto abrió las puertas para que entusiastas, pequeñas empresas y universidades experimentaran con esta tecnología.
El auge del software de modelado 3D y el acceso a materiales más económicos hicieron que la impresión 3D comenzara a expandirse a nuevos horizontes, como el arte, la moda y la educación.
Consolidación y diversificación
A partir de 2010, se convirtieron en herramientas imprescindibles en diversas industrias. Empresas como MakerBot popularizaron impresoras de escritorio, mientras que las grandes compañías desarrollaron tecnologías avanzadas para imprimir en metal y otros materiales especializados.
En este periodo, destacó el uso médico con aplicaciones como prótesis personalizadas, impresión de órganos artificiales y herramientas a medida. Comenzó a desempeñar un papel crucial en la exploración espacial, para la fabricación de piezas directamente en estaciones espaciales.
Tiempos recientes
En la última década, la impresión 3D ha demostrado su capacidad para abordar desafíos globales. Durante la pandemia de COVID-19, que a pesar de parecer lejana, fue reciente, se utilizó para fabricar rápidamente equipos de protección personal y piezas de ventiladores.
La tecnología sigue avanzando con innovaciones como la impresión 4D, que incluye materiales que cambian de forma con estímulos externos y el uso de inteligencia artificial para optimizar los procesos de impresión.
El futuro cada vez pinta mejor
El futuro de las impresoras 3D es tan emocionante como prometedor. Las tendencias actuales apuntan a por ejemplo, la impresión de viviendas, aunque estamos hablando de una tecnología más avanzada.
Asimismo, permitirá medicina personalizada gracias a la bioimpresión, que apunta hacia la creación de tejidos y órganos funcionales, lo que podría revolucionar los trasplantes y la medicina regenerativa.
No podemos olvidar que son sostenibles, y eso cuenta, porque permiten reducir el desperdicio de materiales y está explorando el uso de plásticos reciclados y biomateriales. Y claro, significan producción descentralizada. Se vislumbra un futuro en el que las personas puedan fabricar productos personalizados en sus hogares, eliminando intermediarios y costos de transporte.