¿Cómo rellenar un cartucho de tinta?
Rellenar un cartucho de tinta es un proceso que no suele suponer complicaciones, pues de hecho, cuando se va a recargar a una tienda, otros lo hacen por ti, incluso si optas por nuestro renting de impresoras en Madrid de Inforcopy.es, nos encargamos del tema.
Sin embargo, aquellos que van a hacerlo por primera vez, o simplemente los que desean optimizar el proceso, querrán obtener más información al respecto.
De cualquier manera, hacer esto puede ser una excelente alternativa para ahorrar dinero y reducir el impacto ambiental al reutilizar los cartuchos en lugar de desecharlos, por ende, vale totalmente la pena.
¿Todos los cartuchos son recargables?
Antes de intentar hacer el proceso que te explicaremos, es importante como punto de partida saber si es recargable. No todos permiten ser rellenados debido a sus diseños o a restricciones de los fabricantes. Los más comunes se dividen en dos tipos:
- Cartuchos con cabezal integrado. Estos tienen el cabezal de impresión en el cartucho mismo. Suelen ser recargables varias veces, pero tienen un límite de uso, ya que el cabezal puede desgastarse con el tiempo.
- Cartuchos sin cabezal integrado. Aquí el cabezal de impresión se encuentra en la impresora. Estos cartuchos son más complicados de recargar y, a veces, incluyen chips que dificultan el proceso.
Es crucial revisar las especificaciones y consultar con el fabricante o expertos para asegurarte de que es recargable. También debes verificar si el modelo tiene un chip que necesita ser reseteado para que la impresora lo reconozca correctamente.
Paso a paso para rellenar un cartucho de tinta
En este paso a paso vamos a indicar como suele ser el proceso, al menos en la mayoría de los casos, aunque no sin antes destacar que el alquiler de impresoras para asesorías en Madrid está disponible para ti:
- Prepara los materiales necesarios. Lo indispensable en este caso es: tinta específica para el modelo de tu cartucho, una jeringa con aguja fina para inyectar la tinta, guantes de látex para evitar mancharte las manos y toallas de papel o paños absorbentes.
- Identifica el orificio de recarga. Busca en este medio un pequeño orificio, generalmente tapado con una etiqueta o cinta. Este es el punto por donde se rellena la tinta. Si no lo encuentras, consulta las instrucciones.
- Llena la jeringa con la tinta adecuada. Succiona la tinta necesaria con la jeringa procurando usar la cantidad indicada para que no sucedan fugas o desbordamientos. La capacidad suele estar especificada en el cartucho o en el manual del fabricante.
- Inyecta la tinta lentamente. Introduce la aguja en el orificio y rellena el cartucho despacio para evitar la formación de burbujas de aire, que pueden causar fallos de impresión.
- Limpia el exceso de tinta. Si alguna gota se derrama, límpiala con cuidado usando una toalla de papel si tocar el cabezal. Esto lo harás para que cuando se vaya a imprimir no se manche erróneamente la hoja.
- Cierra el orificio si aplica. Algunos de estos requieren que tapes nuevamente el orificio con cinta adhesiva para evitar fugas.
- Prueba si ha quedado bien. Si la calidad de impresión es deficiente, será necesario limpiar los cabezales desde el software de la impresora. Es prueba viene bien para confirmar que todo va bien, por ende, si al probarlo, no sucede nada raro, lo confirmas.
Errores que debes evitar
Rellenar un cartucho de tinta puede ser sencillo, pero es fácil cometer errores que afecten el resultado o dañen la impresora, algo que reiteramos con el alquiler de equipos multifunción no te preocuparás:
- Usar tinta incompatible. No todas las tintas son iguales, siendo que si empleas una que no sea específica para este, puede dañar el cabezal de impresión o causar manchas en los documentos.
- Inyectar demasiada tinta. Sobrecargarlo es uno de esos errores que provocan fugas dentro del equipo y dañan sus componentes internos.
- No limpiarlo antes de rellenarlo. Los restos de tinta seca más veces de las que se creen obstruyen los conductos y afectar la calidad.
- No verificar el estado del cabezal. Si el cabezal está dañado o desgastado, no funcionará bien, incluso si lo recargas correctamente.
- No sellar el orificio de recarga. Si el orificio queda abierto, probablemente el contenido llegará a secarse rápidamente o derramarse durante el uso.
- No realizar una prueba de impresión. Omisión de este paso puede retrasar la detección de problemas, como burbujas de aire o fallos en el cabezal.
- Manipular el chip incorrectamente. Algunos modelos requieren reiniciar el chip para que la impresora lo reconozca. Si se manipula mal, el cartucho podría quedar inutilizable.